Recuperar la confianza perdida puede ser más sencillo de lo que crees

Todos lo hemos escuchado (y puede que lo hayamos dicho nosotros mismos) muchas veces: «La confianza es difícil de ganar y fácil de perder». A menudo, esa declaración va seguida de: «Y, una vez que se haya ido…» Incluso sin terminar la frase, la implicación es clara: una vez que se pierde la confianza, es muy difícil recuperarla.

Pero ¿es realmente la confianza tan voluble como pensamos, que requiere un esfuerzo tan hercúleo para ganarla y mantenerla? ¿Y es realmente tan difícil recuperarla una vez que se pierde?

La confianza es difícil de ganar

Comencemos explorando la idea de que la confianza es difícil de ganar.

De hecho, es difícil imaginar a un extraño en la calle confiando en ti para que cuides a su amada mascota mientras se va de vacaciones durante un mes.

Antes de confiarle el bienestar de su precioso compañero, necesitarían algunas garantías. Tendrían que estar seguros de que tus intenciones son buenas, de que eres capaz de hacer el trabajo, de que realmente harás el trabajo, y de que te conectarás y te preocuparás por la mascota casi tanto como ellos, cinco caminatas alrededor de la cuadra cada día y todo.

La confianza puede ser difícil de ganar rápidamente con el dueño de la mascota que se va de vacaciones, pero sigue siendo relativamente sencillo demostrar tus intenciones, capacidad, fiabilidad y nivel de cuidado antes de que te pidan que adoptes temporalmente a su amigo.

De hecho, hay varias cosas que puedes hacer, tanto con los vacacionistas amantes de mascotas como en tus relaciones profesionales, que acelerarán la confianza, como centrarse en la otra persona y escuchar, haciendo que sea mucho más fácil de ganar de lo que pensamos.

 

La confianza es fácil de perder

A continuación, exploremos este concepto.

Piensa en algunas personas en el trabajo en las que confías y con las que tienes relaciones sólidas. Eso podría incluir a tu mejor amigo del trabajo, un colega al que realmente admiras o alguien que simplemente te entiende.

¿Alguien en ese grupo ha hecho algo para romper tu confianza? ¿Aunque sea un poco?

¿Qué hay de esa vez que dijeron que iban a responderte y no lo hicieron? O llegan tarde constantemente, por lo que no puedes confiar en que se unan al equipo para almorzar a tiempo. Tal vez en algún momento no fueron tan cuidadosos como querías con la información que les pediste que no compartieran.

Sin embargo, sigues confiando en ellos.

Con la mayoría de las personas en las que confiamos, es fácil perdonar las transgresiones, especialmente las cosas más pequeñas. Asumimos una intención positiva de su parte y les damos el beneficio de la duda. Cuando no nos responden como dijeron, sabemos que probablemente tengan una buena razón y no le damos mucha importancia.

Desde esa perspectiva, la confianza real no es tan fácil de perder como a veces pensamos. La confianza real puede resistir un poco de prueba.

Una vez que la confianza se ha ido, no va a volver

Entonces, ¿qué pasa con esos momentos en los que la confianza no solo se pone a prueba, sino que se rompe? ¿Qué tan difícil es realmente recuperar la confianza una vez que se pierde?

Es importante recordar que todas las relaciones humanas pasan por períodos naturales de ruptura y reparación y que ninguna relación, profesional o personal, va a estar completamente libre de conflictos. Y eso incluye la confianza rota, ya sea a través de acciones intencionales o no intencionales.

Además, si manejamos bien el conflicto o la confianza rota, la relación puede volver más fuerte que antes. Se trata de un concepto conocido como antifragilidad, una idea popularizada por el libro Antifrágil de Nassim Taleb.

Tomándome un poco de libertad en la interpretación, la antifragilidad es el concepto de que los sistemas, entidades u organismos pueden prosperar cuando se exponen al estrés, en lugar de ser duraderos o resistentes (difíciles de romper o capaces de recuperar su estado inicial). En otras palabras, las entidades antifrágiles se fortalecen bajo estrés o coacción.

Pensemos en un bosque después de un incendio: rebrote masivo, aparecen nuevas especies, florecen la flora y la fauna.

¿Qué sucede con los músculos que han sido probados y estresados a través del ejercicio? Se reconstruyen en músculos más fuertes y capaces.

Los huesos rotos generalmente sanan más fuertes que el hueso original.

Esto es antifragilidad.

Las relaciones también pueden ser antifrágiles, ya que atraviesan esos períodos naturales de ruptura y reparación.

Si hay una relación en la que la confianza se rompe y quieres recuperarla, hay algunas cosas que puedes hacer para reconstruir la relación más fuerte que antes, o al menos llevarla a un lugar mejor.

  1. Prioriza la relación por encima de tu propia incomodidad: debes estar dispuesto a tener una conversación difícil;
  2. Escucha a la otra persona para asegurarte de que has escuchado y entendido su experiencia del evento;
  3. Reconoce el impacto de la confianza rota en la otra persona;
  4. Asume la responsabilidad y discúlpate cuando corresponda, por tu parte; y
  5. Comprométete a prevenirlo y evitarlo en el futuro.

Aunque persisten los mitos sobre lo difícil que es generar confianza y recuperarla cuando se pierde, en realidad no hay ningún misterio en ello: baja tu autoorientación y concéntrate en la otra persona, colócate en posición de disposición a conectarte, di lo que hay que decir y haz lo que dijiste que harías.

Recuperar la confianza perdida puede ser más fácil de lo que crees. Y las recompensas ciertamente valen la pena.

Saludos y felices ventas

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